Magnífica estancia en un caluroso Berlín, con tres magníficos eventos musicales en una ciudad que ofrece tanto musicalmente:
-Concierto de la Berliner en la Philarmonie dedicado a la entarte musik con la sinfonía núm 2 de Schulhoff, dos breves piezas para violín y orquesta de Leone Sinigaglia y la sinfonía lírica de Zemlínsky. Gran nivel bajo la dirección de Kirill Petrenko, especialmente en la obra de Zemlinsky, pura lujuria sonora de la orquesta y una apabullante
Lise Davidsen al lado de Christian Gerhaher, muy apurado.
-Jenufa para el recuerdo en la Staatsoper unter den Linden protagonizada por una
Asmik Grigorian referencial tanto en lo vocal como en lo interpretativo, una Dalia Schaechter, que sustituía a Evelyn Herlitzius, con alguna irregularidad vocal, pero toda una leona en el escenario. Atención a
Thomas Guggeis, que a sus 29 años ofreció una dirección musical fabulosa por sonido, transparencia, detalles y tensión teatral. Más que una promesa, parece toda una realidad.
-El cazador de tesoros de Schreker en la Deutsche oper. Cuarta ópera de Schreker que puedo ver en vivo y también me ha parecido espléndida. Magnífica ópera y estupenda función, como bien subrayó el amigo Mandryka con su certera escritura. Exaltada, intensísima dirección de
Mark Albrecht al frente de la soprano Elisabeth Strid, con sus limitaciones ante un papel tremendo, pero que saca adelante y un Daniel Johannson más flojo, pero igualmente cumplidor ante otra partitura endiablada. Para mí, el mejor fue Michael Laurenz como el bufón.
Vaya nivel de orquestas. Un bálsamo después de escuchar la borrosa grisura de la orquesta del Real con Debussy y Honegger.