Las bodas de Fígaro en Opera Holland Park

A nuestras queridas bodas les ha tocado pagar el pato de las restricciones (inicialmente de presupuesto pero también de imaginación) y montar una nueva produción encima de los decorados de la Traviata y con poco más que vestuario y unos cuantos muebles de traer y llevar.

Dos problemas principales: el vestuario es horroroso, como una versión kitsch de vestidos de época con colores chillones, y toda la propuesta escénica es un batiburrillo de código mezclados sin ton ni son que hacen aguas en una comedia que no consiguen hacer graciosa y que es incapaz de matener la tensión.





La mezcla de códigos que hace Oliver Platt en general es un desastre pero lo peor es traer esa cosa tan de amateurs británicos de traer el toque de musicales: ya saben, donde al final de cada acto se junta el coro para hacer todos juntos una coreografía impactante en la que todos son amigos y cantan y bailan haciendo un jueguecito. El voi che sapete con Cherubino usando el folio con la letra a modo de micrófono de talent show podría haber tenido gracia si la cantante hubiera tenido un mínimo de gracia escénica.

La escena de Cherubino escondiéndose en el primer acto no funciona con solo un sillón en escena con una trampilla que apareće en mitad del juego. Y el juego de las dos puertas tampoco.

Musicalmente la cosa fue mucho mejor gracias a un muy eficaz George Jackson que dirigió la reducida orquesta con tino buen estilo mozartiano. Brillo especialmente en una de las partes más deliciosas que muchas veces pasa sin pena ni gloria: la marcha nupcial y baile.
Ross Ramgobin fue un buen Figaro de timbre agradable,medios no demasiado generosos pero gusto y maneras. La Susana de Elizabeth Karani aunque algo plana en su interpretación vocal. El peor de la tarde fue el conde de Julien Van Mellaerts tanto en el plano vocal (horror de vocecilla atenorada) como en la concepción del personaje que suena a conde sibilino mas desagradable que bruto. Nardus Williams, quizá la cantante con más carrera del reparto derrochó clase y cantó un bellísimo Dove sono. Flojo y atropellado el Cherubino de Samantha Price

La Bohème, Royal Opera House

Ya he perdido la cuenta de las veces que he visto esta Bohème de Richard Jones que es co-producción con el Real. Y eso que es de 2017.

Sobre la producción poco que añadir sobre lo ya comentado en otras crónicas: apenas hay cambios derivados del covid en los actos I, III y IV pero el acto II ve muy reducida la presencia de gente en escena y todo queda menos espectacular (y se pierde el contraste con el intimismo del III, que es lo mejor de la producción).

Orquesta bastante reducida en cuerdas y en metales (ha habido reorquestación) que se quedó en unos cuarenta y pico músicos en el foso y primeros palcos de platea. El maestro Renato Balsadonna hizo lo que pudo pero se echó en falta mucho empaste que deslució esos momentos de deslumbrante brillantez pucciniana. Eso sí, los cantantes comodísimos.

En el reparto la única estrella era la Musetta de Danielle de Niesse que se prodiga más bien poco salvo Musettas, una visitita anual a Glyndebourne y poco más. El papel le va que ni pintado donde puede derrochar madera y carisma como actriz y poderío vocal. Y sí, se comió a sus compañeros de reparto que no pasaron de ser muy correctos cumplidores.

Joshua Guerrero canta bien, no tiene el timbre más bonito del mundo pero tiene gusto cantando. Empezó reservón en un primer acto muy desibujado (aunque también era cosa de mi localidad de 10 libras en una de las upper slips que en este acto, en cuanto cantan dentro de la casita con techo tan de Jones el sonido no se proyecta hacia las localidades en los laterales superiores del teatro. En cualquier caso una gelida manina bastante deslucida y mejor en el dúo que cierra el acto. La cosa subió enteros en el III acto.

La Mimi de Anna Princeva estuvo bien pero es una voz un tanto impersonal de las que no recuerdas nada cuando te vuelves a casa. Quizá un poco monótona y poco imaginativa en el fraseo. Desde luego no es una voz grande que se vio beneficiada por la orquesta reducida.

Bien el Marcelo de Boris Pinkhasovich.

Volveré la semana que viene a ver el segundo cast con Simona Mihai (que va a cantar el papel en Oviedo) y Rame Lahaj.

La Bohème en la Royal Opera House, 29 de junio de 2021

Segundo reparto de esta tande. Voz pequeña y bastante insustancial de Simona Mihai como Minì con un fraseo monótono y aburrido. Mejor el Rodolfo de Rame Lahaj que me sorprendió para bien con una voz de bonito timbre y una emisión liberada (pese a algunos problemas de fiato). La Musetta de Anush Hovhannisyan fue decepcionante por poca calidad del material y por aproximación tosca al personaje tanto en el plano actoral como canoro.

La Diavolessa de Baldassare Galuppi por la New Chamber Opera

No soy yo muy partidario de los elitistas festivales de campo británicos por lo desorbitado de sus precios y lo complicado que resulta llegar a una casa de campo en medio de ninguna parte. El tema de lo absurso de vestir un smoking para merendar en el campo lo dejamos para otro día. La ópera anual que montan los de la New Chamber Opera tiene el componente pijo-picnic pero al realizarse en un sitio civilizado como Oxford uno puede llegar e irse en transporte público (lento y caro, eso sí) y esto, unido a la rareza de la ópera presentada, me animó a acercarme.

El lugar una cucada: el New College de Oxford:


Claramente había muchos que más que le ópera les interesaba el ponerse púos en un claustro del siglo XIV:



Pero a lo que vamos, la ópera. La obra es una gozada, con un libreto ligero y divertísimo del maestro Goldoni y una escritura musical inspirada y con bastante variedad formal de Galuppi. Se nos ofreció una versión traducida al inglés, relativamente libre que adaptaba algunas bromas. Sin estar mal del todo la traducción a mi me chirría mucho oir versos en inglés con rima porque es un idioma al que le sienta mejor jugar el el ritmo que con la repetición de sonidos. En cualquier caso chapó por los cantantes (y por los recitativos escritos por Galuppi) por hacerlo todo muy inteligible.

Horrible el Conde Nastri de William Purefoy que es uno de esos contratenores que solo sirven para cantar arias lentas. Muy bien sin embargo la condesa de Rebecca Afonwy-Jones con voz redonda y bastante seguda. También de buen nivel la Dorina de Sophie Kidwell. Bien sin más los dos tenores, Dominic Bowe como Giannino y Rory Carver como Falco que pasaron algunos apuros ante una escritura nada fácil. Flojo el Don Poppone de Tom Kennedy con un vibrato bastante molesto pero que compensó con buenas dotes de actor (que para un personaje cómico con solo un aria es casi lo más importante).

Orquesta reducida a un instrumento por parte (1er y segundo violin, viola y oboe) y bajo (chelo, contrabajo y dos claves). Insufrible el primer violín que no daba bien la afinación ni por casualidad y coló bastantes fallos. Dirigía desde el clave correctamente Steven Devine (al que se le ve mucho con la Orquesta of the Age of the Enlightenment). Al ser al aire libre en un jardín relativamente abierto y estar la orquesta de lado supongo que desde las últimas filas habría problemas de acústica pero yo que estaba en la primera file no tuve problema.

La producción de Michael Burden sin ningún elemento escénico cumplió su cometido de ser divertida sin caer en ridículos

Y qué tal los aperitivos?

Como diría Juan Diego Florez, muchas cabecitas de cabello blanco, cuando lo había.

Eso del picnic en traje de gala por lo menos es un anacronismo más constructivo que acosar a un pobre zorro xD

Pues los aperitivos que cada uno llevara, que allí no son muy de compartir.

Eso sí, yo pasé un frío infernal pese a llevar jersey y cazadora. Y ya no es que la mayoría de la gente fuera con mantas... es que había gente con bufanda y guantes. Yo no sé por qué esta gente se empeña en creer que tienen un clima para hacer cosas al aire libre.

Don Giovanni, en la Royal Opera House (primer reparto)

Creo que es la cuarta vez que veo en 5 años este Don Giovanni de Kasper Holten en Londres. Va camino de convertise en la nueva Traviata

Esta ronda de funciones está dirigida por Constantin Trinks que resultó interesante sacando colores orquestales pero ofreció un continuo torpón al fortepiano.
Fue un buen Don Giovanni Erwin Schrott muy en su línea de buen cantante-actor y a veces un poco sobreactuado. Sin embargo la pareja protagonista se quedó coja con el Leporello de Gerald Finley que tras haber hecho decentes Don Giovannis hizo aguas por todos lados en su debut como el criado. Más preocupado de cantar bonito y elegante ni huele el personaje de Leporello y tiene menos gracia que un mosquito tigre en una noche de verano. La inexistente química entre los dos barítonos dejó muy tocada la función.

Mucho mejor estuvieron ellas que fueron las que sostuvieron la función: Adela Zaharia fue una estupenda Donna Anna y Nicole Chevalier confirmó las buenas sensaciones de su reciente Vitelia cantando una poderosa. Frédéric Antoun, sin tener una voz bonita, sacó adelante el papel de Don Ottavio con buen canto (fue el único que hizo variaciones en della mia pace). Correcta Zuzana Marková y Michael Mofidian como la pareja de novios.

Don Giovanni en la Royal Opera House (segundo reparto)

Última función de la temporada de mínimos de la Royal Opera House con el segundo reparto de este Don Giovanni en lo que a la pareja protagonista se refiere (hubo dos funciones con Vanessa Goikoetxea una con el primer reparto y otra con el segundo para las que no pude conseguir entrada).

Me interesaba mucho este cast por escuchar en directo a Riccardo Fassi como Don Giovanni que me había gustado en la transmisión de las recientes bodas de la Staatsoper de Berlin. Decepción a medias, porque si bien tiene un timbre bonito y frasea bien con un canto elegante la voz es muy pequeña. Hizo aguas en el fin ch'han dal vino donde fue incapaz de proyectar la voz con el canto rápido y le quedó bien el Deh, vieni alla finestra. Muy buen actor, con muy buen porte y unos recitativos estupendos.

El Leporello de Palo Bordogna me gustó más de lo esperado por contraste. Ya sabemos la deficiencias que tiene y cómo abusa de meter excesivas tonterías vocales (el inicio con notte e giorno fue horroroso) pero a cambio se le escuchaba bien (en contraste con Fassi) y se metía en el papel de Leporello diciendo y actuando con gracia (al contrario que el soso de Finley en el primer reparto que ya comentamos más arriba).

El resto un poco igual que en las funciones ya comentadas del primer reparto. Destacar una vez más la Donna Anna de Adela Zaharia. Un non mi dir de reclinatorio, y eso se ve poco por esto lares. Y la orquesta también mejor. Va a resultar que el Trinks este es un buen batutero pese su deficiente continuo porque no había escuchado a la orquesta de la Royal Opera House con la cuerda tan afinada y empastada casi desde que llegué a Londres.

Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto en el teatro como lo hice el pasado 22 en la primera función de My Fair Lady, de Frederick Loewe en el Liceu. ¿Qué artistazos, qué calidad y cómo se notó que cuando uno tiene tablas y sabe lo que tiene que hacer hasta la voz pierde importancia!

L'Angelica de Pórpora en el Festival della valle d'Itria

Primera noche en Martina Franca con el estreno de esta deliciosa serenata de Porpora con texto de Metastasio. Se llama serenata pero es una ópera tal cual con sus 6 personajes y dos horas y media de música.

Estupenda la orquesta barroca La Lira d'Orfeo que consiguió mantener la afinación casi siempre pese al alto calor. La escritura orquestal de Porpora sorprende por lo variada y la cantidad de efectos y recursos que incluye que evitan que la cosa parezca una suceción de arias con orquesta de cuerdas. Dirigó Sardelli con bastante pulcritud y una aproximación moderada a las dinámicas.

La escritura vocal es una maravilla... con Porpora dándole a los cantantes momentos de lucimiento y de instrospección. En general las partes lentas brillan más que las de bravura. Destacar el trio principal con la Angelica de Ekaterina Bakanova que tiene un timbre muy rico y que funciona de maravilla en la zona media. Afinidísima derrochó belleza en el fraseo de las líneas melódicas más lentas. Además es una estupenda actriz. Teresa Iervolino como Orlando estuvo también brillante aportando mucha energía y vigor con esa voz tan especial que tiene. Grata sorpresa la joven soprano Paola Valentina Molinari en el papel de Medoro. El duo que cierra la primera parte entre Angelica y Medoro fue de reclinatorio.

Sobre la producción de Gianluca Falaschi tengo que pensar un poco más. Porque aunque tenía chulazos a pecho descubierto y otras en drag era un tanto desconcertante.

Gracias por la crónica.

Sorprende que no apareciera un contratenor en alguno de los papeles, que ha sido la moda recurrente.

No desespera caro Rubini que esta noche nos toca contratenor en la Griselda de Scarlatti.

La Creazione de Haydn en el Festival della valle d'Itria

El espectacúlo que sobre el papel menos me llamaba la atención del presente festival de Martina Franca ha resultado ser una gratísima sorpresa. Tras haber visto ya muchas puestas en escena de oratorios que aportan poco no me excitaba demasiado la idea de una dramatización de un texto tan expositivo. Cierto es que la presencia de Fabio Luisi en el foso iba a asegurar una sólida versión musical pero en un principio el reparto no me había llamado la atención.


La puesta de Fabio Ceresa resultó bellísima, con bailarines-figurantes de la Fattoria Vittadini representando las diferentes escenas de la creación de manera figurativa y simbólica a la vez y los ángeles actuando e interactuando el personaje mudo de una niña Dios que crece creando un mundo que a ella misma le sorprende. Al final Adán y Eva aparecen casi desnudos es unas escenas de tremenda belleza. Muy buenrollera y tolerante con una espectacular escena en la que en pocos segundos visten a Dios con las ropas de casi todos los dioses conocidos.

Luisi dirigió a la orquesta del Petruzzelli di Bari de manera muy inteligente. No fue a por el poderío sonoro ni a apabullar... fue una versión más intimista e instrospectiva jugando mucho con detalles, matices sin exagerados contrastes y primando la belleza sobre todo.

Muy efectistas los coros escondidos en las grandes columnas que sotienen el techo que este año cubre la estructura escénica y favorece la acústica. El efecto antifonal de hombres y mujeres tan separados fue un descubrimiento y Luisi lo gestionó de maravilla sin un solo desajuste.

Bello el timbre y bello él Alessio Arduini como Rafael. Se confirmaron las buenas sensaciones que nos dejó su Guiglielmo en streaming de alla Scala a principios de año. Otro que confirmó buenas sensaciones fue el barítono catalán Jan Antem que había visto en el viaggio de Pesaro el verano pasado como Don Alvaro. También muy bello en calzoncillos, todo sea dicho.

Correcto y con potencial el Uriel de Vassily Solodkyy . Buenas mimbres y bonita voz la de otra española, Rosalia Cid, que cantó un precioso Gabriel. Creo que viene de la Academia del Maggio. El breve papel de Eva lo cantó Sabrina Sanza de la academia local Rodolfo Celletti y también apura maneras.

En resumen, una versión muy solida musicalmente con bastante brillo vocal y una puesta muy disfrutable que en conjunto te dejan maravillado.

El Festival emitió en streaming la primera función en la noche inaugural, así que si buscan un poco la encontrarán. No se la pierdan.

Griselda (Scarlatti) en el Festvial della valle d'Itria

De nuevo teníamos a la orquesta barroca La Lira di Orfeo esta vez dirigida con menos tiento por George Petrou que tuvo algunos problemas con los balances. Partitura brillante tuve una estupenda protagonista en Carmela Remigio que si bien empezó muy reservona en el primer acto culminó con una escena final contundentísima tanto vocal como actoralmente (la escritura de Scarlatti aquí es muy moderna con unos accompagnati de Griselda como respuesta a cada una de las arias de los personajes). Raffaele Pe caracterizó muy bien al indiseable Galtiero brillando es unas subidas al forte marca de la casa. Meritorio el resto del reparto.

La producción de Rosetta Cucchi pese a ser menos vistosa que la de la Angelica es mucho más inteligente jungando con unos espacios mínimos y desdoblando en el último actos a los cantantes con actores mientras estos permanecen sentados cantando siendo Griselda la única que se levanta.