100% de acuerdo con el vaquero: espectacular descubrimiento con una Irina Lungu que está muy por encima de muchas sopranos actuales, patrias o extranjeras: no sólo canta con la clase con la que lo hacen las divas, es que, además, es una mujer muy atractiva. Celso Albelo quizá reservándose, porque CÓMO CANTÓ LA FURTIVA!!!!!!!!!!!! Javier Franco pletórico, en la que es sin duda su mejor actuación en la ciudad. Bruno de Simone haciendo una gran creacíón cómica, a partir de un material que es, no nos engañemos, muy (pero que muy) pobre. La Gianetta de la local Helena Abad... pues apenas audible en el primer acto, y, por lo poco que se la escuchó cuando se la escuchó (en su número solista con coro en el segundo acto), pues casi que mejor... Las he visto mucho (pero mucho) mejores en este rol. Bien el coro, y regular la orquesta dirigida por un Cristóbal Soler que, si bien no repite el descalabro de Luisa Fernanda en Oviedo seis meses atrás, sí demuestra que hay mucho trabajo aún por hacer, con una lectura lentorra, y a veces pasada de rosca en el volumen. He visto muchas producciones del Villamarta, y creo que esta es la que más me agradó de largoooooooooo. Lo verdaderamente emocionante, la aparición entre el público del gran secundario español Miguel López Galindo: un señor que salía ya en la segunda ópera que presencié (Marina, 1994), al que habré visto más o menos en 20 ocasiones (Marina, Ballo in Maschera, Cuentos de Hoffmann, Traviata, Bodas de Fígaro -innumerables veces como Antonio-, Tosca Idomeneo, La Sonnambula, Eugene Onegin, Macbeth...), que siempre cumplía, y que ha estado muy pachucho por cosas que pasan. Es emocionante ver cómo se va recuperando, y haber podido saludarle brevemente. Precioso y emocionante el gesto de Amigos de la Ópera al dedicarle la función.
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