Bueno, pues comentaré, por fin, la jugada. Fui a estas funciones los días 21 y 22 de agosto. Ya digo, calor insufrible, el teatreo una olla a presión donde realmente se pasa mal. Es un teatro que pide a gritos que la tecnologia entre en él, y no sé cuando será pero seguro que ese punto llegará: ahí tienen si no su web y el pleistocenico sistema de venta de entrada que tienen: por fin internet ha llegado a la vida del Festival de Bayreuth, que seguian anclados en el manejo del correo de la era de Felipe IV. Siguiente paso: acondicionar el teatro, el tiempo lo implciará como ha implicado cambiar lo otro. Pero vayamos al tajo artistico, de eso ya hablé y no merece mas tute.
No he salido entusiasmado de ninguna de las dos funciones, amén del entusiasmo intrinseco que por supuesto supone estar ahí, pisar esa mítica colina, entrar en ese teatro donde se han desarrollado y tenido lugar tanta historia y el wagnerismo es lo que es gracias a ese sitio. Eso nadie nunca lo rebajará, cante quien cante, dirija quien dirja, o escenifique quien escenifique. Solo por eso merece la pena la expedicion, y los días pasados ahí en los que estuve en inmejorable compañia con mi mujer y dos grandes amigos. A partir de ahí, entremos en el Festpielhaus y analicemos con todo el rigor y por supuesto, humildad de punto de vista posible, y por empezar por el final, decir que la conclusión fue mas bien amarga, un saber que solo se convierte en agridulce, insisto, por el puro contexto y entorno de las cosas. Del "Tristan" he de decir que los aficionados madrileños tenemos una gran suerte porque en el Real hemos tenido dos inmensas producciones en la etapa de su reapertura, una con Barenboim y Kupfer, memorable de cabo a rabo (para mi sigo considerandola como musicalemente mi "zenit" en mi vida operísitica), y fuera de aquellos maravillosos festivales de verano (qué tiempos, y fue hace cuatro días...) tuvimos hace un par de años una producción que visualmente supone una de las estampas mas hermosas que se puedan ver en un teatro, con aquella apertura de telón y aparición de la proa del barco en corte trasversal en medio del plateado mar... una de esas estampas que el cuerpo te pide hacer "oooooooh" cuando quedas maravillado; por si fuera poco, gente como W.Meier, JF West, S Jerusalem, E. Connel, o el grandioso Matti Salminen son nombres propios que han dado voz a los personajes de la obra en ambas funciones a las que refiero. Es un honor y gran suerte, haber tenido ambas experiencias que nos suponen un listón altísimo salgamos al teatro que salgamos, incluyendo la cúpula wangeriana de los mismos, donde estos años tiene lugar un "Tristan" paupérrimo escenicamente y musicalmente mediocre. Es cierto que Tristan e Isolda es una opera que es complicada de sacar un jugo escenico que vaya, como decimos, mucho mas alla de bellas estampas o bellos retratos, ya que el propio caracter estático de su plot no da para grandiosidades, apenas la escena final del acto dos, con el pinchazo de Melot al protagonista, y el del tres con la llegada de Melot y el Rey, son las unicos momentos, y muy puntuales, apenas unos minutos en medio de una obra de 4 horas en que hay un plus de acción. El resto son constantes narrativas, duos, o invocaciones, o la propia muerte de amor final. Salvedad hecha, una cosa es una produccion sencilla, tipo Kupfer en Madrid, basada en centrarse en en el propio corazón de los personajes alrededor de una escultura bella, y otra cosa es un quiero y no puedo grisaceo, feucho, con colorido horrible, con movimientos y actitudes de primer grado. En fin, mejor hubiese sido salir ellos con el smoking y ellas con un traje mono de noche y ofrecernos la version en concierto, pero vamos, de aqui a Lima. No obstante, tampoco hubiera sido un gran concierto. Peter Schneider podrá batir el guiness de representaciones y años en Bayreuth, pero sinceramente, no lo puedo comprender. Nadie negará su sapiencia y formación, pero nada en la mediocridad como pocos; es un señor que en una lista de 30 directores actuales y en activo no entra ni de lejos, y ahí le tenemos figurando como el que más. Hace del genial preludio una caricatura, la versión se hace poco llevadera, rápida y nada meditativa, se pierde todo el caracter romantico con tanta prisa y tanta falta de inspiración que culmina en un final del primer acto en una espcie de esfumatura orquestal ofensiva para los oidos del espectador. Gran culpable de no scar jugo a una orquesta que como tal es inmejorable y cuyo sonido solo tiene parangón en sí misma, los cantantes ponen su punto, en especial la Isolde de Irene Theorin, gran sorporesa para mi y lo mejor y más destacable de la noche. Gran voz, gran estilo, enorme caudal y bella presencia y dominio de sí misma y del personaje. Una gran cantante, requisito indispensable para esta mosntruosa empresa lírica. A Robert Dean Smith le conocemos de varias experiencias previas. Canta y frasea bien, y termina el papel sin sufrirlo, es mucho decir ya, pero su caudal y proyeccion es pequeña, y eso lo paga caro en especial en el acto tres donde se escucha en su agonía una orquesta y a un cantante de fondo que parece estar muriendo. Es de agredecer, no obstante, su esfuerzo. Robert Holl es un rey Marke de altos vuelos, de timbre y poderío rigurosos, convincente de carácter y contundente de presencia. Buen porte. Otro gran cantante fue Jukka Raisilanen, grandiosa labor como "Kurwenal", pese a lo mucho que le perjudica, en especial el tercer acto, la dirección escnénica. En cambio Michele Breedt pasa desapercibida como "Bragania", cumpliendo el resto de implicados en el cast solista, donde vemos que tuvieron lugar las mejores prestaciones a la obra, no fue este su problema, pero claro, capital son en esta partitura el director musical y la escena, sobre todo, cuando es tan deprimentemente gris, ayudan poco. La orquesta es un goce tecnico, por lo que los oidos no fueron los primeros perjudicados en un Tristan bayreuthiano que si lo mantienen en cartel, como así va a pasr el proximo año, lo mejor sería convertirlo en version concierto y contar con otro director musical, y si me apuran, tratar de convencer a West para el role masculino protagonista. Con ello, en vez de dar sobrantes de entradas en forma de trsitanes volveremos a ver sin problema gente con "suche karte" merodeando por ahí. Y vayamos, aunque fue el dia antes con el famoso "Parsifal" de Stefan Herheim y Daniele Gatti. No voy a extenderme tanto y la razon es muy simple. Uno debe hablar y describir de lo que entiende y de lo que no entiende, pues con decir eso, que no lo entiende, deja muy claro el tema. Señores, la escucha atenta de los Parsifal de Kna de los 50 y hasta el 64, las variopintas versiones de la obra que van desde Muck a Garcia Navarro pasando por Karajan, Bohm, el mismo Levine, haber visto anteriormente dos producciones distintas en vivo (una de ellas, precisamente, en Bayreuth) , y varias en documentos audiovisuales, haber leido documentación, libreto, articulos, y bueno, anecdoticamente mentar que fue con unas cintas TDK audio con una grabación de "Parsifal" en el año 94 cuando me inicié en Wagner durante largas horas de espera durante mi "mili" en un coche oficial en las que me empapé primero del Parsifal, luego del Lohengrin y luego, por supuesto, del Anillo al completo. El resto de wangerianas llegaron a tiempo también en la mili donde la cosa dio para mucho. Pues bien, tal histórico y bagaje, que es por supuesto poco comparado con los más sapientes de la materia, pero objetivamente, creo que no es precisamente el background de un simple panoli en el género, son credenciales insifuficientes o más bien muy deficientes para entender ni un pijo de lo que Herheim propone en su produccion, sobre todo en el acto primero y en el tercero. Es cierto que el segundo, dentro de la enorme, descomunal, mastodóntica masturbación mental que supone esta regia, es el que coges la idea. Tengo la sana, o insana costumbre, de ir al teatro con el espíritu más positivo del mundo siempre, esperando lo mejor, y siempre tratando de ser lo mas justo posible y partiendo de cero, aun conociendo bien o peor la obra, ir sin a prioris, sin instrucciones previas. No hay por qué saber ni presuponer nada cuando se va un Parsifal o cualuiqer obra amen que vas a Parsifal (o la obra que fuere). Punto. A partir de ahí, el regista ha de saber lo que propone, y por ello yo soy amigo de las producciones mas innovadoras, pues son las que mas riesgo suponen, y cuando son un éxito, pues lo son enormes pues como sucede en la mayoria de las cosas, el riesgo es lo que lleva, pero, ah, amigos, el riesgo tambien supone poder caer mucho mas facil en el precipicio del ruinoso fracaso. Y nunca se debe primar el riesgo por ser solo eso, riesgo, y en el caso de las represerntaciones líricas eso significa o es sinónimo de que si uno propone ha de saber que todo lo innovador que lo haga ha de ser con el riesgo o precio de ser perfectamente entendible para cualquiera que asista al teatro. El exigir a un aficionado ser una enciclopedia del wagnerismo, saber hasta cómo era la escena del estreno del Parsifal, tener que saber a la pela cómo es la fuente que hay en el Wahnfried, en fin, ser no un loco del wagnerismo si no un pedazo de frikazo del mismo, me parece algo que desde luego no es loable. Ver salir de una casa a Gurnemanz vestido del siglo pasado pero de repente con alas de angelote, provoca risa, risa de incomprensibilidad, como sucede en tantas cosas: un Amfortas en plan Jesucristo, con la corona de espinas y todo, en medio de un ejercito de los años 30, un bebe que de repente aparece en la muestra del grial, el propio Amfortas en un parlamento mas moderno, con la corona de espinas invitando a uno a que vea su herida, que es curada por un parsifal con túnica, al final un espejo grande que muestra al publico, en fin, sin fin de detalles que indudablemente fueron en sí un espectáculo visual muy llamativo, pero para mi, insisto, totalmente incomprensible. Hasta el punto es así que llamé por telefono tirando de roaming a mi amigo "le gouverneur" tras el cierre del acto uno, con una simple y directa pregunta desde el restaurante bar a la diestra del recinto mientras comía una salchicha con cerveza bien fría: "querido amigo, no he entendido NADA: ¿me puedes explicar qué acabo de ver?". Y sinceramente, tras atenderle a él, y a otro par de paisanos, muy puestos, con los que pude cruzar alguna palabra en cristiano, sigo sin entender nada. Y tras leer las propias cronicas de esta produccion en este foro, vuelvo a sincerarme: sigo sin entenderles nada. Y aunque haya tres libros bien gordos, aunque lo sean más que el de Petete, y salgan otros tres mas y se traduzcan al ingles, español o finés, sigo sincerandome, y diciendo sin complejos que no entiendo nada de nada. Saldrá en DVD, lo veré mas veces de las que he visto el "Silencio de los Corderos", más de diez, y seguiré sin entender nada, y habrá quienes entiendan todo a la pela, y yo me alegraré sin límites por ellos porque habrán sido más felices que yo, pero yo, seguiré sin entnder nada. Hay, eso sí, quien se tira el rollo muy facilmente, como, y siguiendo con el símil, el propio critico de cine Carlos Pumares hacía gala en su "Lluvia de Estrellas" cuando siempre que le preguntaban por ello decía muy chulito él "no, no, no, no se lo digo: hay que ver la película con atención y se ve claro". El bueno de Pumares hablaba de precisamente "El Silencio de los Corderos" de cuando le preguntaban cómo Anibal Letchter consigue el capuchón del bolígrafo del loquero que le cuidaba con el que escapa luego en las rejas y le permite matar a dos polis, etc: pues eso NO se ve en ningun momento del film, por mucho que Pumares diga que sí. Es un error de una pelicula, magistral por cierto, pero que ahí tiene un gazapo importante. Yo al gazapo lo llamo gazapo, y si vienen a mi sapientes con la lección seguro que me sacan del error, pero vemos como toda una enciclopedia humana como Pumares también a veces en estas cosas se tiran mucho el rollo. Dicho lo cual, queda claro como el agua: no entendí nada, salvo ese segundo acto, que he de decir tiene sobre todo un final apoteósico, genial. Para mi lo mejor de toda la propuesta, y por qué?. Muy facil: porque lo entendí, y encima es innovador, y me resultó facil de entender y lo comprendió cualquiera que simplemente sepa andar, escuchar y escribir, que es lo que se le debe pedir de minimos a un oyente, y no llegar al grado de friki del tema. Una produccion friki, que efectivamente, es cierto, está muy bien coordinada con la direccion musical, con la que va de la mano a la perfección. El tema es que cuando no se ha entendido A, dificilmente entenderé el servicio de B le da a A, con lo que el trabajo de Gatti, al servicio de Herheim, me pareció insuficiente. Los cantantes fueron en algun punto interesntantes, como el Parsifal de Simon Oneall, que estará en Madrid en un par de años con el role, o el Gurnemanz de Youn, sobre todo por su elegancia de canto. El resto, discretos, o deficientes como la Kundry de Suscan MacLean o el histérico Amfortas de Detlef Roth. En global, un cast muy mejorable. En este y otros sentidos, también decir que tanto escenicamente como canora y musicalmente mi anterior "Parsifal" bayreuthiano en 2000 (Wolfgang Wagner, Chritof Eschenbach, con una impecable Kundry de Urmana en su mejor momento y un solvente Elimng como puro loco) huelga comparaciones con este. En aquella ocasión, servidor salia del teatro con los ojos rojos como tomates de tanto llorar de emoción, en esta sali del teatro sediento a por una cocacola que me refrescase un poco, ese es el sumatorio de sensaciones. Otro sintoma de haber bajado mucho el nivel. En 2000 vi tres funciones, y en las tres tras el acorde final nos quedamos mucha gente aplaudiendo a rabiar y obliogando a salir a los interpretes una y otra vez, muchos y largos minutos. Este año ambas funciones, aplausos de rigor, y con la ultima bajada "oficial" de telón, todos a casa, nadie se sintió estimulado en el teatro para continuar la juerga que otros años llevaba mucho, pero que mucho rato.
¿Volveré a Bayreuth? La respuesta es clara y contundente: SÍ. Vuelvo y termino como empecé. Ir ahí es algo muy especial, tanto que hasta lo sería aun si no asistieras a funciones, ver el entorno (por cierto, la ciudad en cuestion es una monada y publicamente he de dar las gracias a "gouver" por recomendarme un sitio para comer llamado "oskar" donde me apreté un codillo asado con una cerveza en jarra impresionante de grande que jamás olvidaré: no dejen de visitar ese sitio si van por alla), en fin todo, es mucho, y muy importante para alguien que ama a Wagner de verdad. ¿Cuando? Esa es la cuestion; hemos esperado 11 años llenando la solicitud hasta que hemos tenido extio, no sé cuando volveremos a ser atendidos, tenemos otra en curso... pero creo que la proxima vez que vayamos ha de ser a algo especial, a un Anillo, y eso, claro, son muchos días (implica una expedicion de minimo una semana pues hay dia de escanso entre la jornada 2 y 3 y entre la 3 y la 4) para gente con niños pequeños y gente que no tiene... suelto. Será dentro de mucho pues, pero D.m., será. Yo siempre, sea cual sea el resultado puro artistico de estas expediciones, las guardaré en lo mas exquisito de mi corazón. Es lo que tiene y tendrá la Colina Verde.
_________________ Harmoniously, NICO
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