Que operón, señores!
Abradzakov no suena a bajo, sino que pone voz de bajo. Así y todo, en estos tiempos que corren de bajos y barítonos, se agradece una voz como la suya, que no ladre y que suene más o menos elegante. Empezó fuerte, desplegando en el forte, compacto y rotundo, pero en el centro, la voz se pierde entre la orquesta y se requiere algo más de fuerza dramática. Aceptable.
Ramón Vargas empezó con la voz fría, casi inaudible, pero en el centro se fue afianzando y, como todo veterano, ofrece detalles (lleva muchos años cantando), aún mantiene algo fresco y bello el centro, frasea con intención y arrojo. La subida al agudo es problemática, ha perdido brillo y esmalte y la voz se vuelve afona, hacia atrás y a mi me hizo sufrir.Vargas, lleva muchos, muchos años de carrera y eso, sumado al problema de todos los líricos, de querer cantar de spintos, arriba está forzadísimo y ahogado, pero solo por escuchar ese timbre, bien merece la pena.
Yannick Muriel Noah estuvo correcta, sin más. Voz entubadota, con dicción más que mejorable y de timbre mate el impersonal, pero intentaba apianar y modular la voz.
Correctos Agulló y Corbacho en los papeles de Wagner y Marta respectivamente, aunque con pocos momentos de lucidez.
Una relativa sorpresa Lucrecia Garcia como Elena, a la que el año pasado me la habian presentado como gran soprano verdiana. La voz tiene amplitud y extensión, el canto es bonito y homogéneo, pero debe cuidar algo mas los saltos de registros e intentar no abrir tanto el agudo.
Estupendo el coro, tanto el titular como el de la escolanía de niños, empastados y celestiales. Impecable lectura de Luisotti, sacando partido de la bella partitura. Como anécdota, del brío se le cayó la batuta y el ayudante fue a recogerlo. Luisotti la volvió a tirar, está vez, a drede.
Un acierto programarla en concierto, en estos tiempos que corren. Además, se lo curraron, haciendo un juego de luces evocador en el coro celestial, rojo en los momentos de Mefisto, azul en el aria de la soprano, con referencias al mar, etc... Algo de dudoso gusto, los efectos de las tormentas con la mesa de mezclas, pero no es una versión de concierto al uso.
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