Se esperaba con especial ilusión este título donizettiano, que se subía por primera vez al escenario de la ópera estatal. El cartel además, se presentaba con un reparto de "estrellas" en mayor o menor medida, independientemente del gusto de cada uno hacia ellos. El 17 de abril, partí camino a Viena para disfrutar de la última función de este operón y salí satisfecho de bastantes cosas y no tanto con otras. Ahí van mis impresiones:
Anna Netrebko canta muy bien y el material es de calidad. La emisión es entubadita y la voz no está totalmente liberada, pero la voz es preciosa, personal, reconocible y tiene carisma. Sin embargo, falló estrepitosamente en un papel que le excede por completo y cuyos requisitos son los que le faltan a la rusa. Desfiatada totalmente, necesitando así coger aire cada dos frases. Fraseando a su manera y con una dicción muy pobre. Netrebko no llegó hasta el dúo con Seymour, de alto voltaje dramático y dónde desplegó en su punto fuerte, los agudos. Arriba iba fantástica, aunque la letona contrarrestó subiendo más de intensidad y peso vocal y claro, se la comió. Aún así, duelo de divas al más puro estilo antiguo. Lo más flojo, al final. Los trinos no existían, ni un dominio de la coloratura correcto. Por su parte, el "Al dolce guidami" no lo cantó piano, sino bajito, siempre con un volumen medio-alto. Los sobreagudos que dió, salvo el último (timbrado y potente) fueron flojos. La voz comenzaba en el medio y se estrechaba muchísimo hasta casi lo desagradable y la cabaletta, algo mejor, pero siempre cortando el pulso al tener que coger grandes dosis de aire. Creo que criticar a Netrebko por una función de una ópera que no le va, no es desprestigiarla ni mucho menos. Yo no digo que sea una porquería de cantante, porque es falso, pero como belcantista no da la talla.
Elina Garanca volvió a ser la triunfadora de la noche, mucho mejor aún que en sus funciones del Liceu. La voz es de una calidad asombrosa, aterciopelada y cálida. El grave es homogéneo y firme y arriba va muy cómoda, desplegando a su antojo y con clase y elegancia, al más puro estilo belcantista. Los problemas de falta de chispa que le noté en Barcelona, aquí estaban más resueltos (ayudó una puesta en escena más decente) y lo dió todo sin agotarse.
El difícil rol de Lord Riccardo Percy estuvo cantado por el italiano, Francesco Meli, que me gustó más que las pasadas veces que le escuché y mucho mejor que en la retransmisión del estreno. La voz efectivamente ha ensanchado el centro y lo ha oscurecido. La voz está llena de vibratto pero el timbre es bonito, suena italianísimo y canta con gusto. No tuvo demasiados problemas en la zona de paso, pues los agudos en su mayoría fueron timbradísimos, correctos e impostados. Falló en algún momento el apoyo, lo que hizo que algunos de ellos se le quedaran atrás y estuvieran algo tensos.
Enrico VIII fue Ildebrando D'Arcangelo, que aún no siendo bajo, se le acerca más que los últimos que hemos escuchado cantando el rol. La voz es está colocada, pero en ocasiones se percibe una ligera oscilación en los registros y se le nota un línea de canto algo pobre. Sacó el papel con correción, pero no dió muchos alardes de vocalidad.
Bien cantada la Smeton de Elisabeth Kulman, de voz importante y timbre agradable, cantando con una bonita línea y correcta en lo escénico. Así mismo, correcto el Rochefort de Dan Paul Dumitrescu, de voz noble. Flojo el Hervey de Peter Jelosits.
Sonó muy bien la orquesta, no siempre bajo la ayuda de Evelino Pidó, con dirección pesada, plana, aburridita, mutilando lo que quiso, ahorrándose así los problemas vocales en las coloraturas de Netrebko y bastante sosete. Uno puede comprender y hasta aceptar que se omitan los sobreagudos no escritos (aunque por tradición se hacen y el público los espera, por eso se quedó algo frío) pero lo poco belcantista de este señor es inadmisible.
La puesta en escena era de Eric Génovèse, muy correcta. El escenario simplemente tenía un edificio que iba girando a cada acto, pero muy bonito el bosque del fondo, al igual que la estancia de Bolena, con pocos elementos, pero aceptable. Cayó algo en el principio del segundo acto, dónde parecía más una fábrica o un hospital que un castillo, pero no molestó a la trama. Se agradece en estos tiempos que corren.
Última edición por Arnold el 17 Mar 2012 15:00, editado 1 vez en total
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