Yo estuve en el estreno y pensaba esperar al otro abono que tengo para hacer un comentario, porque este tipo de obras hay que reposarlas en cierta manera. Pero me parece que no voy a poder ir por segunda vez. Comparto casi todo de la excelente crónica de Nibelungo, aunque no creo que la orquesta sea my numerosa, si hay óperas que necesitan 120 músicos, en esta no creo que pasen de 50, estaba una parte numerosa del coro en el foso y solo habían quitado una fila.
No sabía de qué trataba la ópera y acudí temeroso al teatro pensando que la página en blanco podía hacer alusión a una nueva temporada "en blanco" sin títulos del Real Madrid. Al escuchar las primeras frases del coro ya me di cuenta de que uno de los temas de la ópera sería el destino que tenemos por escribir y me quedé algo tranquilo.
Fui con muy buena disposición al teatro aunque algo cansado. No tengo claro si la forma más adecuada para que vayan apareciendo óperas de nueva composición en los mejores teatros es la del encargo o sería mejor la de seleccionar las obras de mejor calidad ya compuestas y que no han podido ver la luz. Me parece más justa la segunda, pero la primera ha existido siempre y también ha dado buenos resultados, aunque me parece más arriesgada, sobre todo si no se trata de un compositor de máximo nivel. De todas maneras me parece justo que se le otorgue a una mujer madrileña la oportunidad de estrenar una ópera en el Real. Creo que la paridad por obligación va contra el sentido común, pero fijarse un poco en este aspecto me parece adecuado.
Me gustaría apoyar la obra de Pilar Jurado al máximo porque me cae bien y me parece una mujer que ha luchado mucho para conseguir un nombre como compositora, pero si soy sincero tengo que decir que me aburrí en la ópera soberanamente aunque creo que hay cuestiones de calidad.
Todo el mundo coincide en el aspecto del libretto y una mayoría tan abrumadora es difícil que esté equivocada. La historia podría tener interés, creo que las cuestiones referentes al destino son intemporales y mezcladas con un tema de actualidad como puede ser cómo afectan a la vida del ser humano los avances tecnológicos, todo ello en clave de ciencia ficción, podría funcionar. Pero la historia no está redondeada, ni bien planteada, ni bien resuelta, ni el texto es interesante.
En este tipo de obras la calidad literaria tiene que cuidarse al máximo y habría que tirar de las orejas a Pilar Jurado por ser tan pretenciosa. Ya era un logro realmente destacable ser la compositora y la protagonista de la ópera, no tenía que haberse complicado más la vida. Creo que quien es capaz de componer y escribir las óperas suele lograr una gran combinación de texto-música porque todo surge del mismo impulso vital, pero para eso hay que tener la capacidad literaria de un Wagner, un genio y un talento que no ha sido superado en el mundo artístico. El propio Schreker compuso y escribió una magnífica ópera como es Die Gezeichneten, pero ni siquiera este genial compositor tuvo tal atrevimiento ya que en principio el libretto que escribió iba destinado a otro compositor.
La música me pareció interesante y muy trabajada en la instrumentación, tímbricamente notable, con momentos del coro de gran calidad, aunque creo que en una escritura demasiada alta, demasiada gritona aunque este defecto no es de composición sino más bien de interpretación. Creo que al coro le están haciendo ensayar demasiado y en vez de evolucionar positivamente, las prestaciones en las funciones cada vez son peores, aunque los tenores han estado mejor que en el Gluck donde estuvieron muy desafortunados.
Otra cuestión que no me gustó de la obra es el tratamiento de las voces. En la primera parte hay demasiada utilización para acoplar el texto de frases con notas centrales en corcheas que terminan en la última sílaba o alguna o algunas de las últimas sílabas en un agudo fuera de la escala tonal de las notas anteriores que busca la disonancia. En el intermedio casi me sale al pedir un refresco, por-fa-vor-me-pue-de-po-ner-u-na-co-ca- COOOOOOO-LAAAAAAAA. Me costó quitarme ese soniquete de la cabeza y eso era debido a una excesiva utilización de este recurso a la hora de musicar el texto.
La escritura para ella es más variada y además, como es lógico, en una tesitura que le va bien para lucirse, no desentonando en un reparto de gran calidad, con un barítono protagonista que no recuerdo ahora el nombre que me gustó mucho y una buena actuación también del tenor Schukov.
También fue interesante la puesta en escena, especialmente en el aspecto escenográfico, destacando el plano estético, aunque si la obra dramáticamente no alcanza interés, la puesta en escena se queda en un mero adorno.
He leído por ahí que fue un éxito, creo que hay ponerle bastante reparos a esta apreciación. Hubo aplausos y pocos abucheos, pero creo que es mejor para un estreno una división de opiniones más visceral que bañarse un poco en la indiferencia.
Por lo tanto como resumen general tengo que decir que la obra no me parece gran cosa. En la ópera no puedes aburrir, ese es el principal pecado que se puede cometer. De todas maneras creo que Pilar Jurado se debería animar a continuar con la composición, talento no le falta, aprender de sus errores, notorios y de bulto, e intentar conseguir un trabajo mucho más interesante en el futuro.
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