Fui con mucha ilusión a
Die Liebe der Danae, pues era la única ópera de Strauss que desconocía, aparte de las dos primeras, y tal vez por tanta ilusión salí algo decepcionado.
Primero: la obra es buena. Qué sorpresa.
Strauss sigue con el piloto automático, pero aquí en vez de copiar sólo el
Rosenkavalier, copia algunas cosillas de
Salome (ciertas sonoridades exótico-sofocantes), algunas otras de
Die Frau ohne Schatten (de hecho,
Danae parece una versión solar de
La mujer sin sombra)...
En fin, que dentro de la falta de imaginación, le echó bastante imaginación.
Un detalle muy bonito: hay dos duetos de amor. Uno de Danae con el joven amante Midas, otro con el viejo dios Júpiter, que disfrazado de Caminante (guiño evidentísimo a
Siegfried) se dispone a abandonar un mundo en el que ya no hay lugar para él...
Danae tiene una muy emocionante dimensión autobiográfica que no podrá por menos de emocionar a los del núcleo duro straussiano. Y, como
Die Frau ohne Schatten, es absolutamente simbólica (aunque no tan hermética).
Otras cosas:
puesta en escena: generalista.
La regista es, en este caso, la Intendantin de la Deutsche Oper: Kirsten Harms.
Su estilo: ideas básicas & más bien pobres, estetizadas.
Si dirige la Harms, veréis que las chicas llevan unos tacones la mar de chulos (incluso puede que sean de Vuitton), que hay detalles "bonitos" en el peor sentido de la palabra bonito (cuadros clásicos representando
La lluvia de oro sobre Danae, un piano colgando del techo...), pero no hay chicha. No es una puesta en escena que nazca de un estudio profundo de la obra. Está pegoteada encima para hacer un espectáculo chuli que guste a alguien que ha pagado 60 euros por su entrada.
Los cantantes:
Manuela Uhl (amiguísima de la Harms, las malas lenguas dicen que le quedan dos telediarios en la Deutsche... en cuanto la Harms deje de ser Intendantin, adiós Manuela) interpretó a Danae, e "interpretó" es un decir.
Qué pena, porque es un personaje que podía dar casi tanto juego como una Butterfly, y si cae en manos y gargantas que no pueden con él, pues pasa lo que pasa.
La chica ya tiene bastante con intentar hacer un piano (nunca le salen), supongo que sería demasiado pedirle que dibujara un personaje, una evolución psicológica.
Manuela Uhl es la auténtica Manolita Chen, y el creador del concepto "Manolita Chen" lo corroborará (espero
)
Midas estuvo cantado por un señor al que tampoco se le oía mucho, aunque tenía una bonita voz. (Matthias Klink)
Júpiter estuvo mejor (Mark Delavan)
Me gustó especialmente el Mercurio de Thomas Blondelle (quien ya me había gustado mucho como Tamino hace un par de meses). Cantó bien y actuó con mucha gracia.
Estoy contento de haber asistido, y por supuesto que repetiré, porque pasarán 15 años antes de que vuelva a tener la oportunidad de verla de nuevo, pero lamento que una ópera que se da de higos a brevas no haya sido mimada como requería.
Son justamente estas óperas las que necesitan de grandes inyecciones de talento. Los grandes artistas son los únicos que pueden salvarlas del letargo.
Una puesta en escena literal (pues
Danae es fantástica ya de por sí) y unos cantantes como Dios manda habrían podido despertar a
Danae...
A seguir durmiendo!!!