He estado hoy en la Ifigenia. Me ha gustado, pero no me ha entusiasmado y esperaba más ante tanto ditirambo y regocijo que se leían por aquí.
Me ha encantado, para mí lo mejor, la dirección musical de Thomas Hengelbrock. Ha sacado un sonido bellísimo y diáfano de la orquesta. Nunca pesante, acompañando bien a los cantantes y con pulso firme y brioso a lo largo de toda la obra. Bravo
La Graham, pues sí canta correcto, tiene su implicación dramática, pero el timbre es impersonal, el fraseo insulso y definitvamente aburridote. Para uno que está acostumbrado a escuchar Ifigenia por la Callas, el término "encefalograma plano" acude irremediablemente a la cabeza, pero es que la Urmana en Valencia también me gustó mucho más. En resumen, como comentábamos unos amigos a la salida, la Graham es la tipica liederista actual, que aveces interpreta ópera, canta bonito pero
noiosa, noiosa.
Un horror el Pylade de Paul Groves. Un tenor anémico de aburrido sonsonete, con una voz corta, de timbre
smunto y biancastro. Increíblemente, fué casi más ovacionado que Domingo.
El ya mítico tenor madrileño en el papel baritonal de Orestes, ajeno al estilo y en un repertorio en el que no puede lucir sus armas de siempre, con problemas de fiato y de ligereza (sobre todo en su primera aria), ofrece un timbre que aún conserva belleza y sus consabidos personalidad y carisma.
La verdad es que admiro su entusiasmo, la capacidad de trabajo y las ganas para buscar nuevos proyectos, aprender nuevos papeles, reinventarse constantemente. Yo si tuviera su edad (mejor dicho, con 10 años menos jejej) y con la pasta que debe tener, estaría retirado en una villa en Italia (en la Toscana o a orillas del Lago Garda) con amplios lujos y criadas buenorras
Horroroso el Thoas de Frank Ferrari. Un berreador con la voz en el intestino grueso.
Bien y templadito el coro.
Sé que está de moda entusiasmarse por las producciones de Carsen, por "los conceptos" y los "simbolismos", pero sinceramente, esta producción me ha dicho bien poco. No me ha indignado, no atenta contra nada, pero es que no le veo las ideas ni la genialidad por ningún sitio. Fea, oscurísima, nimimalista y "conceptual", algo que reconozco, no es lo que más me gusta ver encima de un escenario (aunque hay excepciones). Carsen me ha cautivado con producciones "conceptuales" (Frau ohne Shatten, Diálogos, Kabanova) y con producciones estéticas y elegantes (Capuleti), enotras me ha indignado, pero insisto,en ésta, ni fú ni fá.
Exceptuando la idea, eficaz, de colocar a la Diosa Diana a cantar asomada desde el paraíso, lo que da la sensación de omnipresencia y "más allá", de la Diosa. Que la oscuridad y el color negro simbolicen la tragedia, que luego al final se abra un resquicio de luz... vamos se le ocurre a mi sobrino (el pequeño).
Además, se repiten.
Las mismas figurantes que chapoteaban en el agua en Kabanova y simbolizaban ese sufrimiento femenino (más claro en la ópera de Janacek que aquí, donde sufre todo el mundo) , aquí escriben con tiza los nombres de la trágíca famila de Micenas, derraman el agua y simulan los asesinatos. También con ruido escénico, que molesta la música, dicho sea de paso.
En fin, no me ha parecido una producción especialmente inteligente ni brillante. Necesito algo más, que me haga olvidar y perdonar el feísmo.
Prefiero la que ví en Valencia. Bellísima, con elementos arquitectónicos, ruinas, estatuas... Es la del MET, que se pondrá en cines próximamente. Los que vayan, podrán valorar.