No encuentro mejor frase para describir la función de hoy que la de "Ni fu Ni fa" desde el visionado en directo de los cines. Mucho se había hablado en las últimas semanas del estado vocal de la Meier y de O´Neill para la función de hoy, y no sé si sería verdad, pero ni la grandiosa Meier ha hecho que la función de hoy no llegara a calarme (¡y sepan que soy wagneriano hasta la médula!).
Y es que Waltraud Meier ya no es la que era, y aunque la que tuvo retuvo, la zona grave tiene toda la pinta de ser inaudible en escena y suena realmente artificial. No ocurre lo mismo con el pasaje y con el agudo que mantiene todavía con firmeza (aunque podríamos decir que hasta el 2º acto no se ha encontrado en plenitud de facultades) aunque está muy lejos de la artista de hace diez años. Escénicamente sigue siendo la loba que era.
Simon O´Neill cada día tiene una figura física más similar a la de Heppner, incluso desde lejos, la robustez, el corte de pelo y la barba corta me parecían la misma que la del tenor canadiense. Por desgracia para los oyentes, ni tiene la vocalidad ni la musicalidad del otro. Resulta realmente incómodo por momentos escuchar a este tenor de agudo lírico-ligero que debido al registro del papel engola toda la tesitura grave y central llevando la voz hacia la nariz, y no dejando que la voz corra, produciendo un sonido nasal realmente incómodo. Por no hablar de su abuso del parlato (no se crean, al más puro estilo del peor Di Stefano remarcando las "R" y las "Sch""). La antitesis del tenor heroico.
Del Tomlinson que podríamos recordar de otros tiempos no queda más que un Sir de setenta años con una voz desgastadísima, fiato brevísimo y mucha intención que no termina en nada. Su Hunding estaba más cerca de la pena que del miedo que debería de producir.
En esta primera ronda no se salva ni el desconocido Vitalij Kowaljow, que respeta las normas de la actual paupérrima escuela post-URSS donde la gola manda, y donde los intérpretes cantan todo igual. No es que chille o cale, sino que todo suena igual de aburrido, en la misma región de la nada, sin atender al texto wagneriano, soltando todo como la lista del super. Escénicamente también me ha parecido aburridisimo, y sus Monólogos han sido los Sedantes de Wotan. Mediocre, mediocre, mediocre.
Por fortuna, y pese a que nadie lo diría, para mí la gran triunfadora de la noche ha sido Ekaterina Gubanova (Fricka), que ha cumplido con su parte de una manera sobradísima y que no tiene nada que envidiar a otras históricas esposas. La voz es bella, sin artimañas ni registros de pecho y es placer escucharla cantando Fricka. Todo un acierto y un gustazo.
Nina Stemme (Brünnhilde) es una gran soprano. Tiene todas las cualidades de una gran artista, y canta toda la parte con los matices que requiere su papel, incluso se desvive; pero no resulta tan soberbia como en otros papeles wagnerianos, y en algún momento se la encuentra incómoda en la zona grave, aunque igual es que necesita habituarse al papel algo más. De todas formas ha estado muy correcta.
Las 8 walkyrias soberbias en conjunto, por separado no se salvaba ni una, pero en conjunto han sido lo mejor de la velada; siendo la escena entre las nueve waklyrias y Sieglinde el punto culminante de la obra.
Baremboim ha tenido suficiente con lidiar con una orquesta que ha estado muy irregular, con grandes momentos made in Baremboim, y muchas irregularidades de afinación, empaste y dinámicas. Ha habido momentos que cada grupo de instrumentos iba a lo suyo...
Pues eso, una velada que no pasará a la historia. Ni mucho menos esa puesta en escena tan moderna y que tampoco dice nada.
Última edición por Melchior el 14 Dic 2010 18:07, editado 1 vez en total
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