Después de leer las opiniones aquí vertidas, la mía está más en consonancia con la expuesta por Le Gouverneur, aunque con algunos matices.
Tengo que decir que mi valoración sobre ella, no ha cambiado tras su Zerbinetta en el Real. Yo la sigo poniendo un 6.
La orquesta inadmisible como siempre. Creo que el recital o concierto de ópera debe figurar enla programación de un teatro y cuenta con su innegable tradición. En el caso del Real, se hace todo cuesta arriba porque has de aguantar largos momentos orquestales pésimamente interpretados. Amigos, ese es y será el problema eterno de este teatro y algnuos no nos cansaremos de decirlo. Con semejantes cuerpos estables, el Teatro Real será de tercera sieeeeeempre.
EL problema de la voz de Damrau no es el volumen, en mi opinión. Es una lírico ligera clara y genuina, sin graves, centro pobre y un agudo en el que consigue sonidos percutientes cuando lo coloca. La voz corre suficientemente, pero es un material
sin calidad ni personalidad tímbrica. Un timbre genérico.
Su emisión es irregular. Da la sensación que coloca una nota sí y tres no. Cuando consigue un agudo con posición, liberado y bien proyectado (El de la trasición de la primera a la segunda estrofa de "Ah non giunge", el del recitativo de "Adieu notre petite table" con la orquesta en forte..) tiene pegada, aunque lejos del squillo que consiguen en teatro otras aquí nombradas. Otras veces el sonido queda caído de posición, se estrecha, como un laminita. Igual pasa con la coloratura, unas veces en la gola, desapoyada, inaudible. No recuerdo qué forero ha hablado de problemas en el control de la respiración. Estoy de acuerdo.
Como intérprete, tiene desparpajo, irradia una imagen juvenil, desenvuelta, desenfadada y tiene buena figura. Todo ello apreciadísimo en la ópera actual.
La primera parte fué aburridota y no consiguió caldear mucho la sala. Es verdad que el acompañamiento era un sopor, pero... ella tampoco puso un plus.
EN la segunda, mejoraron las cosas. La voz algo más suelta y fluida, cantó un aria de Rosina con el que consiguió claentar al público. A mí no me gustó. Llena de detallles de mal gusto, con unas bajadas al grave inadmisibles y un bailcecito final de sevillana, de vergüenza ajena.
EN "Ah non credea mirarti" no me convenció. Las largas frases Bellinianas le provocaron problemas de fiato (no logró rematar ninguna; sfiatadita), en la cabaletta, mejor, con alguno agudo de buena factura y una coloratura apreciable por momentos.
EN Manon, a pesar de que el "Adieu notre petite table" es para una lírica, consiguió el mejor sonido (para mí) de la noche en el agudo del rectativo. En "Yo marcho por todos los caminos" y la gavota (interrumpida por los torpes aplausos del público ¿Quién puede creer que no iba a cantar la gavota subsiguiente?- Bueno hay que confiar en que conozcan Manon-lo cual, actualmente, es mucho esperar
) lució cierta sensualidad aunque poco charme
EN resumen, de "sucesora" (como dicen algunos o la quieren promocionar otros)de Grube o Devia, ni de coña. Diferencias técnicas abismales con ambas y siderales en el campo de la calidad y personalidad tímbrica respecto a Gruberova.
Dentro del panorama actual, una cantante disfrutable, aceptable. Yo no viajaría exprofeso sólo por verla a ella, pero la agradecería inserta en un reparto en el que otros elementos me interesaran o bien en el que todos los elementos, incluida ella, pudieran redondear una función atractiva.