Me llamo Luis González, y leo algunas veces este foro, sólo participo cuando veo algo que es injusto o desmedido.
Yo si que no salgo de mi asombro ante comentarios como los de mas arriba. No se como alguien puede creerse con el derecho de la verdad o de la apreciación artística denostando alegremente y sin aportar realmente argumentos de peso para descalificar momentos tan sublimes musicalmente como por ej. el aria de la carcel o el concertante que cierra el acto I, en cualquier caso, es cuestión de gustos, eso si, cuando yo acudo a una opera voy sabiendo lo que voy a oir, y si no me gusta ni me molesto en acudir. Es muy fácil, oyes la opera y decides si te mola o no, y en ese caso vas o no vas. Simple.
Esto mismo lo aplico a cantantes, los que no me gustan o considero que no me aportan nada a mi sensibilidad se quedan sin mi presencia. Entonces, esto es lo que pasa en el público sevillano, difiero totalmente lo dicho anteriormente de lo de si al publico no le llega... es que este público no da para más, dejémonos de tonterias y de intentar hablar de un público formado, y con tradición, eso aquí en Sevilla señores mios no existe, este público solo tiene 17 años.
Ha habido momentos en la historia de este teatro en los que el público no ha sido consciente de lo que ha visto, casi debutar a Flórez por ej. y en aquellas funciones nadie le gritó ni le braveó como después cuando volvió ya famoso para el recital.
Cuando este público se ha arrancado por unas palmas de sevillanas (como en el caso último de la Mula) o ha sido por un Puccini, o un cantante de los famosos, eso no creo que sea tener demasiado criterio propio, ¿no? he presenciado muchas funciones en las que si se hubieran dado en un Liceo o en un teatro italiano, o en Paris mismo, hubieran sido unas funciones apoteósicas, sitios donde uno se puede expresar sin que haya insensibles como en estos dos casos mas arriba, que piensan que la única razón para una explosión en parte del público era que fueran familiares de los artistas.
Yo estaba ayer en esa función al igual que en la del día 17 y el día 20, no pude asistir al estreno, y he gritado bravo las veces que me ha dado la gana y el que más, ayer estaba en fila 1 asiento 2, y mucha de la gente que gritaba no se quienes eran, otros eran conocidos mios, había hasta un chico mejicano habitual de Pésaro, pero os aseguro que cuando me expreso no hay ninguna intención como dice Sharples de intentar reflotar nada, porque sinceramente no hacía falta, estas funciones han sido de un valor artístico, vocalmente hablando, inigualables. Por lo que respecta a los solistas principales evidentemente.
El problema es ese, le duela al que le duela, si el público entero de Sevilla no ha sabido reconocer el canto de un Kunde, una Barcellona y no digamos ya de Mariella, (cómo estuvieron todos en los duos por favor!!! si eso era una maravilla), es que la totalidad del público no sabe, lo siento mucho, y soy nacido aquí en Sevilla.
Y los grandes bravos perdonenme de nuevo, durante la función solo se los llevó algún dúo y Mariella Devia que es (de momento) el último vestigio de lo que es el belcanto, no necesita mas justificación, ni mas argumento, si no te llega oyéndola a ella, háztelo mirar.
Sinceramente, yo no entiendo que la Mula se llevara palmas por sevillanas y esos vítores, y que a la Devia en el estreno no se le aplaudiera el aria de la cárcel, y por supuesto, hay que salvar las distancias, aquí el equivocado es el público, no me vaya a salir alguien que prefiera a la Mula, porque ya sería para morirse de risa.
Ah, y señores a ver cuando nos aprendemos las normas de comportamiento en la opera, se habla en las pausas, se tose en un pañuelo, se carraspea y haces gárgaras con tus flemas en tu cuarto de baño, se duerme en la cama, se apagan los móviles al entrar en el teatro, se compra uno caramelos sin papelito a ser posible...
y por supuesto puedes gritar cuánto te plazca y como te plazca entre las arias, eso es lo maravilloso de la Opera.
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