Retomo lo dicho por bayi un par de post más arriba:
- en efecto, la puesta en escena no es del propio del Monaco. Es de Centolavigna, como dices. Error mío no especificarlo, pero estaba al tanto. Si cargo las tintas sobre del Monaco es porque todo lo que he leído sobre esta producción (y lo poco que pude oir por los pasillos de Zurich al respecto) señalaba a del Monaco como responsable mayor de la puesta en escena, como si Centolavigna sólo hubiera escogido el color de los mármoles, vamos. No sé...tanto monta, monta tanto... como ahora te indicaré, comentando la dirección actoral, Centolavigna y del Monaco son las dos caras de una misma moneda, de una misma puesta en escena torpe por estática.
Vamos con la dirección actoral, por tanto. Ésta fue pobre, pobre, pobre... ni siquiera tópica, simplemente ausente. Igual exagero, pero ninguno de los cantantes hizo nada que no hubiésemos hecho tú y yo estando en esa situación del drama, diciendo lo que decía el texto y vestido con esos ropajes. Nada original, nada que diera lugar a dobles lecturas. Bueno sí, un único guiño positivo: Amelia/María le sirve a Simon la última copa antes de caer el telón del segundo acto, la copa con la que muere envenenado. Habitualmente es el propio Boccanegra el que se sirve esa copa, y tiene su aquél que se ese veneno se lo sirva su hija. Pero vamos...tampoco nos lleva a ningún sitio que así sea.
Pero ya digo: mucha torpeza actoral, que resultó cómplice de la estática escenografía. Los mármoles que tanto critico no hubieran molestado en exceso si la dirección actoral hubiera tenido sus alicientes para compensar, pero es que ésta fue más de lo mismo. Por ejemplo: la muerte de Boccanegra. Durante la agonía final de Simon, éste -como es habitual en muchas producciones- se giraba hacia el fondo marítimo en busca de su hija, ya alucinando entre estertores (recordad a Cappuccilli cayendo entre los mástiles del barco que hace de fondo de la escenografía del famoso video de la Scala). Pues bien, con el fondo marítimo que se había dispuesto en Zurich, que era literalmente una playa, lo lógico sería haberlo aprovechado, y haber llevado a Boccanegra hasta el mar mismo, a morir entre las olas. Así sí hubieran funcionado las pajas mentales que citaba en mi crónica acerca del significado del mar en este drama. Boccanegra, cuya historia empieza en el mar, termina de nuevo sus días en el mar. Pero no: Nucci se limitaba a dar tres o cuatro pasos en dirección a ese fondo costero y se caía al suelo -muy torpemente, por cierto-. Para una ocasión que brindaba la escenografía, se desaprovechó.
No sé...me siento hipercrítico escribiendo esto, pero reconozco que puestos a hacer puestas a la vieja usanza, el propio del Monaco lo ha hecho mucho mejor con la Fanciulla del West, por ejemplo. Y en este caso, el tandem Centolavigna-del Monaco no se cubrió de gloria, precisamente... sino de marmol.
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