Bastante alucinado de que nadie haya puesto nada hasta ahora, a estas horas en las que debería estar durmiendo os cuento lo que ha sido hoy la segunda función de este Giulio Cesare in Egitto.
No soy nada "barroco-fan" y se me nota; sin embargo, siempre he pensado que esta obra y L'Orfeo, de Monteverdi (con los necesarios reparos temporales) son las mejores óperas barrocas que conozco. De hecho, a pesar de mi alergia barroca esta era la tercera ocasión que me enfrentaba a ella. Y digo enfrentarse porque unos llevan la fama (osease, Wagner) y otros cardan lo que pueden (osease, Haendel en este caso, con una ópera de doscientos minutos).
La ABAO ha ofrecido un Giulio Cesare in Egitto sustancialmente recortado; por comparar con el magnífico DVD de Christie en Glyndebourne la obra ha venido a durar unos cuarenta minutos menos; la poda es ostensible en el acto III, alcanzando tintes descarados en la muerte de Tolomeo. Aun y todo, un servidor ha llegado a casa a la 01.40 de la madrugada lo que, sinceramente, no es plan.
La función ha vivido un crescendo, con un acto I pelín plano, un segundo más metido en harina y un tercero muy interesante. Estas referencias las hago extensivas tanto al aspecto vocal como al escénico. Trataré de explicarme luego.
El protagonista fue Lawrence Zazzo. Lo reconozco: mi afinidad con los contratenores es proporcional a la decisión de Spinoza para comprarse un disco, es decir, nula. Zazzo enseñó una voz de potencia relativa aunque teatralmente hizo un Cesare de altura. Apunto lo de la voz porque en muchos momentos desde mis localdades (vi la ópera desde dos sitios diferentes) la voz desaparecia, se tornaba inaudible. estoy seguro que mucho culpa de ello lo tiene el Euskalduna Jauregia, lugar inapropiado para este tipo de óperas por su dimensión.
Sin embargo Zazzo estuvo brillante en las agilidades y algún ataque en piano quedaron como alarde técnico personal. Seguramente lo hizo genial pero a mi no me lleno en absoluto; prefiero la opción de la mezzosoprano.
Cleopatra ha sido Patricia Ciofi y cuando apuntaba que la ópera ha ido in crescendo creo que tiene mucho que ver con el hecho de que Ciofi ha ido in crescendo de forma clara. En el acto I la voz sonaba escasa, como forzada; sin embargo en los dos siguientes ha sido la reina de la noche. Además, se ha valido de que esta Haendel deja a Cleopatra la guinda del pastel en cuanto a desarrollo dramático y vocal del personaje. Arrasó en el aplausómetro.
La suiza Maria Ricarda Wesseling ha dado vida al canso de Sesto. Bien caracterizado, no tiene un excesivo volumen y tampoco ha desarrollado unas agilidades deslumbrantes. Ha cumplido correctamente pero uno tiene la sensación de que ha dejado pasar su oportunidd. Sorprendentemente, se anuncia su Carmen para el mes próximo en la misma plaza. Pelín morboso.
Kristina Hammarströn, sueca, ha sido la otra cansa, Cornelia, y a mi me ha gustado. Sus arias de desesperación (de hecho, todo el papel es un no parar de llorar) las ha cantado bien, con gusto y tensión dramática.
El francés Christophe Dumaux ha sido Tolomeo. Este contratenor es el Tolomeo de Christie y Glyndebourne y ha repetido la caracterización del personaje: niño chuloputa engreído, al que solo falta que robe un monopatín. Un gran actor -y en forma- y cantante de nivel aunque, como le ha ocurrido a Zazzo creo que las dimensiones del Euskalduna le han jugado más de una mala pasada.
Marifé Nogales apenas ha podido brillar en su mutilado Nireno -le han quitado el aria- y la peluca calva le sentaba como una patada en las tripas a las cuatro de la mañana. Y voz más que interesante, a seguir, la del albanés Gezim Myshketa, un Achilla muy bien cantdo, con voz rotunda, grave. Insisto: me gustaría oirle cantando Mozart, por ejemplo. Por ahorá trataré de retener su nombre, lo que tiene mucho mérito. Por último, suficiente y mejorando últimas prstaciones Alberto Arrabal como Curio.
El único que pudo rivalizar con Patricia Ciofi en el aplausómetro fueron Dumaux y Eduardo López Banzo y su Al Ayre Español. Entregado en la dirección, conduo desde el clavecín una versión magnífica. La trompa nos hizo pasar malos ratitos en el aria de Cesar (supongo que será ese artilugio que no hay dios que lo toque afinado) pero la orquesta es magnífica y la versión ambien aunque cabe pensar si no podía "regularse" mejor el sonido orquestal para evitar la desaparición de las voces contratenoras en bastantes momentos.
La puesta en escena ha sido interesante aunque creo que ha pecado de seria. Para mí, el dinamismo y el ingenio son fundamentales para hacer digeribles las largas óperas barrocas y quizás se ha pecado de apuntar cosas interesantes pero sin acabar de rematar la jugada.
En definitiva, una noche más que aceptable anque sin llegar al sobresaliente.
PD1: desde Donostia normalmente vamos 150 personas. Hoy, víspera de San Sebastian hemos ido unos sesenta.
PD2: la estampida entre los actos II y III ha sido im-pre-si-o-nan-te. ¿Habremos llegado al final el 60% del teatro?
PD3: estuve sentdo junto a jlizarrabengoa y una maquina de sonidos multiples que parecia el piano prparado de John Cage. ¡¡La madre que la pario!! Caramelos, abanico, toses, comentarios, ...
Última edición por MarttiT el 20 Ene 2009 12:05, editado 1 vez en total
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