No puedo resistirme...
Intervengo poco en el foro porque (y siempre lo digo) no estoy al nivel, ni de lejos, de muchos de los participantes pero sí se lo que me gusta.
Cuando voy a la ópera me disfrutar del espectáculo completo aunque he de reconocer que la música me ha emocionado llegando a ponerme la piel de gallina en muchas ocasiones (hablo tanto de orquestas como de cantantes) mientras que la escena por sí sola no lo ha logrado
NUNCA.
Con esto no digo que la escena no me importe ya que, por el contrario, la valoro y mucho sobre todo cuando es buena (Strehler, Fura, a veces Pizzi...) pero no dejo que un escenógrafo me arruine una estupenda representación musical. Lo contrario, que la escena levante una función con pésimos cantantes y profesores mediocres, diría que es un milagro.
Y ahora voy al PARSIFAL (función del día 27). Opino que la escenografía no se desmarca de la tendencia minimalista que se suele aplicar a esta obra (la de Madrid con García Navarro no era mucho mejor). Ahora bien, el movimiento de los cantantes y del coro era aburridísimo. Por no mencionar la
paupérrima escena de las doncellas-flor (en este caso, doncellas-alga o anémonas). El detalle de la nave espacial (totalmente fuera de lugar) me sugiere dos cosas:
a) el Sr. Herzog es un hortera de cuidado o, la más plausible,
b) al Sr. Herzog le han asesorado muy bien sobre el nivel de catetismo
(*) del público del Palau de Les Arts y ha intentado asegurarse el mayor número de aplausos del respetable local (esa imagen en otro teatro tiene aún menos sentido que aquí).
Emplear más tiempo y espacio (en foros, artículos, críticas "musicales" en prensa) hablando más de estos "bodrios" y sus artífices no hace sino sobrevalorar y "endiosar" a estos señores en perjuicio de los verdaderos ARTISTAS cuyos méritos son obviados o ninguneados. De este modo acabo con un ¡¡BRAVO!! a Ventris, Urmana, Milling, Nikitin, Leiferkus y ¡Tsymbalyuk! así como al coro y la orquesta dirigida de manera impecable por el Sr. Maazel.
Perdonad que me haya puesto tan serio
Un saludo,
Marke
(*) Explico lo del "catetismo". En Valencia hay muchos y muy buenos aficionados a la música clásica y a la ópera. Sin embargo, supongo que debido a la falta de tradición, el 70% de los asistentes son burgueses post-modernos, amiguetes de politicastros y nuevos ricos que hasta que se inauguró el teatro no sabían lo que era una ópera (Ejercicio: escuchad los comentarios en entreactos y al salir). Tosen de manera estentórea en los pianísimos, aplauden en cuanto ven moverse el telón sin dejar acabar a la orquesta... Pero, eso sí, ven y se dejan ver muy bien y llevan la lección bien aprendida. La lección es que la Orquestra de la Comunitat es la mejor del Universo (tal vez por eso lo de la nave) y que ese señor mayor del palito es igual de bueno o mejor (si supieran que se va de Valencia). Como tenemos pasta, nos la gastamos en lo mejor aunque no sepamos apreciarlo... eso sí, en cuanto los veamos ¡¡¡a aplaudir tocan!!!
Coincido en que la orquesta es muy buena y Lorin Maazel uno de los más grandes directores conocidos pero, con el mismo criterio que antes, me parece realmente exagerada la reacción del público a la hora de saludar al director (al inicio de la ópera, en los entreactos) y a la orquesta, que cada vez está más acostumbrada a subir al escenario para recoger las ovaciones al final de la función. Si bien Ventris y Urmana se llevaron una buena ovación tras el 2º acto, las ovaciones finales fueron más que discretas en comparación con el "éxtasis orquestal". Conclusión optimista: 'El tiempo todo lo cura' y 'No hay mal que dure 100 años'