Casi nadie parece reparar en este detalle que cita Radames. Cada vez que el maestro Villalobos estrena una producción, corren ríos de tinta, los hilos tienen varias páginas y se desata la polémica. Y esto es rico e interesante. Con una puesta en escena de uno de esos registas que van al servicio de la obra, eso no pasaría: habría diez o doce mensajes hablando de la función y pista, a otro hilo. Lo que a algunos parece molestarles es que, efectivamente, cada vez que Villalobos estrena una ópera, se acaba hablando más del montaje que de la obra misma. Se habla más de Villalobos que de ese Verdi al que Tunner venera como si le hubiera conocido; aunque los dos nombres comiencen por V. ¿Por qué será? Pues eso: a reflexionar.
Ahora: que una ópera suscite tantos comentarios, por lo que sea, deberíamos verlo como una gran noticia; mal que a algunos les pese. Lo importante no es que un montaje sea bueno o malo, sino que se hable de él. Y más vale hablar de los artistas vivos que de los artistas muertos. Y recuerden: la ópera no es una pieza de museo, es un arte viva; para que suceda se requiere de artistas que le den vida sobre el escenario... y los directores de escena TAMBIÉN son artistas necesarios para la ópera, aunque a algunos parezca molestarles.

Pero ya se sabe, en cuanto se puede reconvertir la amistad y el cariño entre dos hombres -ojo, y entre mujeres- al terreno de la homosexualidad... Lo mismo ha pasado entre el Infante y Rodrigo, en Don Carlo por ejemplo; suma y sigue.

Oscar es un PAJE, un PAJE, no un secretario de confianza. El secretario o consejero de confianza es Renato, su mejor amigo. Y no, Renato no es homosexual; es el marido de Amelia, con la que tiene un hijo. Vamos, que blanco y en botella, como dicen los castizos. Una cosa son los pajes y otra muy distinta las pajas mentales de ciertos directores de escena para hacernos creer lo que no es.

Oscar es un PAJE, un PAJE, no un secretario de confianza. El secretario o consejero de confianza es Renato, su mejor amigo. Y no, Renato no es homosexual; es el marido de Amelia, con la que tiene un hijo. Vamos, que blanco y en botella, como dicen los castizos. Una cosa son los pajes y otra muy distinta las pajas mentales de ciertos directores de escena para hacernos creer lo que no es.

Y … por qué hay un momento en el que al paje se le llama “Oscare”?

¡Pero no me sea tan hetero-básico a estas alturas, hombre! ¿Cuántos homosexuales reprimidos, casados con mujeres y con hijos con ellas conoce? Porque yo unos cuantos. Algunos incluso en el entorno musical... Saper vorreste di che si veste?