Yo estuve también, pero salí algo más frío. No sé... ayer, por ejemplo, en Lohengrin escuchaba al coro con mucha mayor claridad y contundencia así como a los metales en la trompetería que también tiene su momento sublime en la obra verdiana. Sí, hay una lectura, unas dinámicas y un constante ir y venir de maravillas por parte de un director ejemplar. Pero... la globalidad de la ejecución, me da solo para un bien, y yo esperaba e iba con ganas de un sobresaliente o matrícula. Quizás ese fuera el problema cuando te creas tanta expectativa. Por otro lado el cuarteto... a mi me parece más que mejorable, flojillo. Triste, plano, y voces muy limitadas. Es posible que la posición de mi entrada que era en paraíso arriba me haya pasado factura, porque estoy ya acostumbrado a la fila 7 de paraíso y no a la 14, y en paraíso, cada fila que subes es alejarte metros y metros de la caja, hay gran diferencia. Pero, salvedad hecha, me pareció un bajo y una mezzo difíciles de escuchar, apenas audibles, una soprano con alguna nota maja, pero con vibrato feo y agudo chilladito, y los filados solo intentados, uno escucha a la Caballé y centurias luz. Y el tenor, bien, por volumen no se pierde, hay trampas, falsetes a punta de pala, y el timbre es... feillo. Por supuesto que es empeorable todo, y los nombres propios contratados son importantes, pero al menos a mi, me llegó poco, y además los cuatro friotes. Muti, imposible que defraude, pero tampoco puede hacer milagros como que cuatro cantantes de repente sean Corelli, Cosotto, Caballé y Ramey. Ni tampoco que la sonoridad que a servidor llegaba mejore. Me dio la impresión al día siguiente con el Lohengrin como que todo estaba a otro volumen, coro, orquesta y cantantes ya ni contar. Pero todo venga así servido, válgame Dios. Al final, mini conversación con algún forero ilustre al que pude poner cara.
_________________ Harmoniously, NICO
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